Kateryna Didenko, que estudió en la John Cranko-Schule de Stuttgart, recibió una invitación de un importante teatro alemán tras su graduación, pero decidió trabajar en la Ópera Nacional de Ucrania. Sus colegas llaman a Kateryna «máquina alemana» por su habilidad técnica, que le permite desplazarse fácilmente por 64 fugas e incluso más.